viernes, 20 de junio de 2014


 "Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto". (Georg Christoph Lichtenberg)
Soy un niño que mientras usted era proclamado Rey de España, en mi colegio recibíamos clase en aulas prefabricadas. Por eso quiero entregarle una serie de peticiones, pues usted deberá reinar para todos los españoles y conseguir que los niños tengamos un futuro mejor que el que ahora mismo estamos viendo en las calles.
Mi primera petición está relacionada con los colegios, allí donde recibimos las enseñanzas que nos permitirán ser adultos con responsabilidad y conocimiento para aportar nuestro trabajo y conseguir una España próspera para todos. Por eso NO a los colegios en barracones, SÍ a los colegios con dignas instalaciones.
La segunda está relacionada también con nuestra propia formación, le pediría que influyera en los políticos para que se pongan de acuerdo en hacer una ley de educación que nos permita afrontar nuestros estudios sabiendo que no se van a cambiar cada vez que un nuevo partido político acceda a la presidencia de la Nación.
Como niño cuya vida está totalmente relacionada con los estudios y el colegio, respetando la libertad individual, creo que SÍ se debería introducir una norma en los colegios que recogiera, tanto para los alumnos como para los profesores, la necesidad de asistir a sus aulas vestidos con la dignidad y el respeto que merece lo que representan sus aulas.
Otra cosa que me preocupa es la limpieza y conservación de las calles, sobre todo por la imagen que da a quienes nos visitan, y lo que significa para nosotros, los niños, el comportamiento de los adultos. ¿Cómo nos piden que respetemos el medio ambiente si ellos no son capaces de hacerlo? Y los políticos locales poco o nada hacen para remediarlo.
¿Por qué no hablar del ejemplo que nos dan los adultos con sus mascotas? Sobre todo cuando los sacan a pasear por las calles. Los animales no son responsables de ensuciar las calles, ellos no pueden limpiar las “cacas” que hacen, son sus dueños los que nos deberían dar ejemplo con su comportamiento.
En sus manos está acabar con las enormes diferencias que existen entre los privilegios de los políticos y los derechos de los españoles normales. Mientras que un español normal tiene que cotizar entre 35 y 38 años para alcanzar una pensión que nunca alcanzará el sueldo de sus últimos años de vida laboral, a un político le basta haber cotizado SIETE años para percibir la pensión máxima, con la posibilidad, además de poder compatibilizar hasta tres pensiones distintas. Con la particularidad de que si sus cotizaciones no alcanzaran para ese máximo, la diferencia será abonada por las arcas del Estado, con lo que eso significa de gasto y teniendo en cuenta que España es el país de Europa que más políticos tiene.
Usted debe EXIGIR a los políticos que con sus actuaciones den ejemplo a todos los españoles, comenzando con la lucha contra la CORRUPCIÓN que se viene dando de forma sistemática entre los de todos los signos. Y hacer que se cumpla la ley para todos ellos, como se viene cumpliendo en los casos de quien ha cometido un delito y no tiene nada que ver con la clase política o económica de este país.
Otro tema preocupante es el paro que existe en nuestro país, de los más altos de Europa, y sin que se vea una solución a corto plazo. Usted debe PEDIR al gobierno, a los empresarios y a los sindicatos que alcancen un acuerdo para acabar con esta situación. Pero un acuerdo que no signifique la pérdida de derechos para los trabajadores y el aumento desmedido de los beneficios de los empresarios, ni las posturas absurdas e incongruentes de los sindicatos que dicen representar a los trabajadores, cuando ellos en ocasiones, se convierten en los peores empresarios de este país.
Y si hablamos de la sanidad ¿qué puedo decirle si para arreglarme un diente me dan más de tres meses de plazo para la consulta? En ocasiones abusamos de los servicios médicos, pero la solución no viene en recortar derechos, sino en buscar las fórmulas para educar a los adultos en sus comportamientos. Para reducir los gastos del Estado, no se ha de comenzar siempre por lo que debe ser primordial para la población, como es la salud y la educación.
Muchas otras cosas le pediría, pero entiendo que éstos son los primeros pasos de ese largo camino que tiene usted por delante. Tan largo como la vida ha de ser para nosotros, los niños, que hoy hemos visto su proclamación como Rey de España. En los libros adquirimos los conocimientos, pero es el ejemplo de los adultos el que realmente nos educa a los niños, no bastan sólo palabras. En sus manos, y también en las nuestras, está el hacerlo juntos.







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