miércoles, 29 de mayo de 2013

PINTURA Y MÚSICA


Los cuentos no dejan de ser historias narradas nacidos de la imaginación de sus autores, en ocasiones creados al amparo de otros relatos conocidos o surgidos de la imaginación, mas no dejan de ser semillas lanzadas al aire que, transportadas por el viento, germinan en otros tiempos y otros lugares. La música y la pintura siempre han estado unidas por la influencia que ejercen entre sí. Son numerosas las teorías que mantienen esta relación entre ambas. Kandinsky decía al respecto: “De la misma manera que se combinan los sonidos y los ritmos musicales, las formas y los colores deben combinarse según la interpretación de sus relaciones”. Y todo ello me lleva a escribir este relato.
“En una lejana ciudad, donde la pintura y la música eran las bellas artes más apreciadas entre sus habitantes, residían dos pintores. Uno consagrado y reconocido, cuyo trabajo era requerido, con frecuencia, por los nobles y poderosos de la localidad. El otro, un joven artista que pretendía abrirse camino a través de la perfección y detalles de sus pinturas. Entre ambos existía una gran rivalidad, que un día les llevó a cruzar una apuesta para conocer cuál de ellos era capaz de realizar la mejor y más apreciada obra entre todos los vecinos y entendidos de aquel lugar.
El día en que ambas obras fueron descubiertas en la exposición realizada al efecto, todos quedaron admirados ante la perfección del cuadro pintado por el más joven de los artistas. En él aparecía la figura de una mujer acariciando, con el arco, las cuerdas de su violín, interpretando una melodía frente a la puerta, cerrada, de una casa. Era tal la perfección de la obra que daba la sensación de que la mujer estaba viva y hasta parecía sentirse el sonido de la melodía interpretada. Todos los asistentes coincidían en que aquella era la mejor de las obras expuestas.
El pintor consagrado, sintiendo su orgullo herido, trataba de buscar cualquier fallo en aquella pintura, y observó que en la puerta, reflejada en la misma, faltaba la cerradura, algo que de inmediato resaltó ante todos.
-No es tan perfecta esta obra, pues esa puerta no puede abrirse. ¡No tiene cerradura!
El joven pintor no se inmutó ante aquel reproche, solo respondió:
-No tiene cerradura porque representa el corazón del ser humano. Y el corazón es como un violín, contiene hermosa música. Está ahí, adormecida, esperando que alguien sepa interpretarla. Eso no puede hacerse desde fuera, sino desde el interior del mismo. Por eso esa puerta no puede ser abierta desde el exterior. Solo el amor nacido en el propio corazón es capaz de abrirla.

viernes, 17 de mayo de 2013



Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad.Para mí es la soledad infinita. (Albert Camus)
Me llamo Razin, nací en Gaza hace 21 años, y por lo que veo a través de internet, soy un joven como cualquiera de otro país. Sí, me gusta Internet, sobre todo desde que a través de él conocí a una bella muchacha.
De aquello quiero hablaros. Si ella es una realidad, hoy lo que ambos vivimos es un hermoso sueño, en medio de una pesadilla, pero sólo eso un sueño pero por el que ambos luchamos.
Estudio, o por lo menos trato de hacerlo, en la Universidad de Gaza.
Mi otro sueño es ser marino. Sí, un oficial de la Marina, esa que hoy no existe en mi tierra.
Como cualquier joven de mi edad, me gusta navegar por internet, tal vez sea por la similitud de navegar por todos los mares de nuestro amado planeta, conociendo otros países, otras culturas, otras personas…
Muchos meses,en una de estas singladuras, mi rumbo se cruzó con el de otro internauta, al observar que recibíamos el viento por bandas contrarias, recibiéndolo yo por babor abarloé a esa banda para mantenerme alejado de su derrota. 
Al acercarse nuestros navíos, pude distinguir las delicadas y finas líneas de una fragata de hermosa arboladura. Cuando llegué a su altura, cruzamos los consabidos saludos que la educación en la mar te enseña a realizar. Ni en el palo mayor ni en el asta del pabellón de popa, enarbolaba bandera alguna.
No causó aquello mucha sorpresa en mí, no era la primera vez que, en mis navegaciones por estos mares, con navíos así me había encontrado.
Por eso cuando nuestras estelas se alejaban en rumbos contrapuestos, vi su nombre grabado en el espejo de popa de aquella fragata: לקוות . (Esperanza).Cuando vi aquella grafía, quedé anonadado. Todos sabéis por qué. Nuestros pueblos están enfrentados en una guerra sin par. 
Al salir de mi asombro, viré mi navío para seguir su estela. Al estar a su altura, por su costado de estribor, le pedí que arriara velas, quería hablar con ella. Reticente en un principio al final vi como las arriaba, yo hice lo mismo y abarloamos nuestros barcos.
-¿Qué deseas gazatí? –me preguntó, cuando no había terminado de envergar mis velas- Podía haber huido de ti, mi nave es más ligera que la tuya, pero temí un ataque, estamos demasiado habituados a ellos.
-¿Por qué esa hostilidad tan manifiesta? –le contesté- No encaja con tu nombre: לקוות . (Esperanza). Aunque navegaras sin bandera no me sorprendió, muchos lo hacen por estos mares. Al ver tu nombre en hebreo escrito, sentí curiosidad por conocerte. Pero si adoptas esa actitud desde el principio, te podría contestar que vosotros hacéis lo mismo.
- Lo siento. Para nosotros Gaza es una entidad hostil.
- Dejemos eso, de momento solo somos una fragata y un navío en medio de la mar. Hablemos pues de nosotros, sospecho que tú eres un poco como yo. Lo digo por el tipo de nave que utilizamos para surcar estos mares. Tampoco se ven muchas de ellas. Son siempre ruidosos barcos de motor, o enormes cruceros, muchos petroleros y algún que otro acorazado o destructor con los que me suelo cruzar, lucen vanidosos sus cascos de acero o de metal, contaminan las aguas de la mar con sus vertidos y las emisiones de sus sonar contribuyen a la destrucción de los animales que los habitan.
- Me sorprende oírte hablar así. Siempre creí que los gazatíes sólo hablabais de la muerte, de asesinatos y de terrorismo.
- En Gaza, como en todas partes del mundo, hay grupos de extremistas que en realidad no tienen en cuenta la opinión del resto de las personas. Entre tu pueblo también los habrá. ¿Podemos hablar de nosotros?, solamente de nosotros es de lo que quiero hablar.- No entiendo ese interés tuyo en hacerlo. Aunque estoy tentada de hacerlo. Me ha gustado tu enfoque de lo que ocurre con las navegaciones por estos mares. Es cierto, también he observado como la vanidad, el orgullo, las apariencias, el querer ser más, y tantas otras cosas que dañan a la humanidad es lo que más navega por aquí.
- Ese nombre que figura en el espejo de tu popa ¿quién te lo puso? ¿Qué haces? Tu casco luce muy nuevo y bello, por lo que deduzco que tu edad no puede estar muy lejana de la mía. ¿Cuál es tu manera de pensar? ¿Cuáles son tus sentimientos con respecto a la humanidad? ¿Qué….
- ¡Eh!, para, para ya de hacer preguntas, o no podré contestar a ninguna, porque no me dejaras hablar. Pero, antes de nada, ¿Cuál es tu nombre? Tampoco traté de conocerlo al ver izada en tu palo mayor la bandera gazatí.
- Me llaman Razín, en la Franja nací, aunque en mis venas corre sangre de una tierra en la que muchos atrás árabes y hebreos convivíamos en paz. Y tanto vosotros como nosotros fuimos expulsados de ella. Allá dejamos hermosas obras que entre los de nuestros pueblos realizaron en perfecta unión. Y ahora, por favor, contesta a alguna de las preguntas mías.
- Mi nombre yo misma lo elegí, porque eso es realmente lo que busco a través de mis rutas en estos mares. Esperanza de un mundo mejor, un mundo de entendimiento y concordia en el que reine la paz. Con esto creo que he contestado a dos de tus preguntas. Tengo 18 años, nací y vivo en Ashdod, un importante puerto marítimo y pesquero de nuestro país. Allí aún voy al colegio, me queda mucho que aprender para que mis singladuras por estos mares sean seguras, de momento sólo me atrevo con el cabotaje. Siguiendo derrota de punto a punto cercano, no me atrevo a más.
- Ashdod, has dicho, creo que tenemos bastante en común.
- Disculpa, aparte de pertenecer al género humano, no sé qué podemos tener en común un gazatí y una hebrea.- Estudio en la universidad Al Aqsa University de Gaza. Bueno por lo menos es lo que trato de hacer. Me gusta el dibujo y la historia, aunque realmente lo que quiero es conocer todos los fundamentos para navegar en alta mar. Pero de momento eso allí no puedo hacerlo. La historia no creas que tampoco podría adentrarme mucho en ella si no fuera porque desde aquella tierra, que te he dicho en la que nuestros pueblos compartieron historia conviviendo en armónica paz, me hacen llegar textos en que poderlo hacer. Dibujar, sí lo hago, todo lo que quiero, pues en mis dibujos dejo volar mi imaginación y ahí si que nadie me puede poner limitación.
- Aprecio lo que dices, pero no veo la relación entre ello y lo que tengamos en común tú y yo, o bueno nuestros pueblos.
- Es muy sencillo, en la antigüedad ambos pueblos tuvimos un mismo enemigo. Los filisteos. Ellos viniendo de allende los mares, de tierras lejanas, concretamente de la isla de Creta, según creen algunos, invadieron estas tierras. Saquearon, quemaron y destruyeron. Tanto tu pueblo como el mío se vieron atacados. Son los propios libros sagrados los que cuentan la historia. Vosotros los vencisteis en varias ocasiones y ellos se asentaron hacia la zona de lo que es la Franja, desde allí, llevados por su espíritu guerrero e invasor, trataron de hacer lo mismo con Egipto y allí fueron derrotados de nuevo con enormes pérdidas en sus ejércitos, fue en tiempos de Ramsés III. En su huida de nuevo, algunos se asentaron en Gaza, por eso algunos utilizan esto para acusarnos de descendientes de ellos, cuando en realidad nosotros vinimos con los cananeos.
- Me estás diciendo que tu pueblo y el mío tienen los mismos orígenes.
- No, yo sólo cuento lo que dice la historia. Si bien, es cierto que ese trozo de tierra que hoy ocupa mi pueblo, ha sido ambicionado por otros muchos pueblos. Su situación a orillas del Mediterráneo, lo que facilitaba las comunicaciones con los pueblos de la otra ribera del mismo; su situación estratégica que hacía de mi tierra el último lugar donde los hombres y animales podían repostar agua para cruzar el desierto, y que las caravanas pudieran seguir su ruta para el comercio; además, al estar situada entre el Mediterráneo y el Valle del Mar Muerto, es paso obligado para invadir Egipto desde Asia, o viceversa: todo imperio en expansión quiere controlarla, y a lo largo de la Historia  ha habido muchos. Desde Anatolia los Hicsos, Hititas, Griegos, Romanos y Turcos conquistaron Egipto. Desde Mesopotamia llegaron Babilonios, Asirios, Persas y Árabes. Egipto atacó bajo los faraones, los tolomeos, los mamelucos, los franceses y los británicos. Por el mar llegaron Filisteos y Cruzados, y la vecindad era un caos de reinos y ciudades-estado en perpetua lucha. La franja de Gaza ha sido eterno campo de batalla donde han combatido líderes como Alejandro Magno, Ricardo Corazón de León, Hulagu Khan o Napoleón.
- Y todo eso ¿está en los libros?
- Sí, y hasta en los Libros Sagrados está. Esta es la historia de mi tierra, la Franja de Gaza, que no los orígenes de mi pueblo. Como la de cualquier otra tierra del mundo que haya sido invadida, conquistada, destruida y arrasada, como la tuya propia que además sus gentes fueron diseminadas. Pueblo nómada el hebreo desde que abandonó la esclavitud de Egipto, si mi tierra fue lugar de paso de centenares de ejércitos, tu pueblo ha sido perseguido desde aquellos momentos, perseguido, acosado, expulsado y casi extinguido de donde quiera que haya estado.
- Sí, esa historia ya la conozco. Por eso ahora queremos nuestra tierra.
- Tú lo has dicho, NUESTRA TIERRA, la vuestra y la nuestra. La nuestra y la vuestra. Por personas que tampoco lo entienden. Ambos, tu pueblo y el mío estamos siendo utilizados por intereses que realmente no son los nuestros.
- Me estás haciendo pensar en eso. Quiero profundizar en la historia, la nuestra y la vuestra. Yo también ansío la paz. Quisiera que mis derrotas marítimas por estos mares pudiera hacerlas con mi bandera izada en el mesana, ondeando al viento el orgullo de sentirme hebrea y además que pudiera ondear junto a la vuestra de Gaza, porque empiezo a pensar que realmente nuestros orígenes son los mismos.
- ¿Qué podríamos hacer para conseguirlo?
- Soñar, Esperanza, soñar con lo que significa el nombre que elegiste. Pero como todo sueño, hemos de luchar por él. Ya no valen meras ilusiones de una paz transitoria. Hemos de luchar con el único arma que no produce daños colaterales: EL AMOR. ¿Quieres compartir ese sueño conmigo? Quizás él pueda llevarnos a otro sueño también importante para mí y que quisiera que lo fuera para ti: unir nuestras vidas, las vidas de un árabe y una hebrea.
- Pero aún no logro verlo. ¿Qué podemos hacer tu y yo, solos con nuestros sueños?- ¿Qué te parece si lo dejamos volar, volar como una paloma. No, como una paloma no, sino como miles de palomas. Estos mares que surcamos nos pueden permitir eso.
- Pues hagámoslo. Un día seguro que nuestros cuerpos se unirán, nuestros corazones creo que empiezan a hacerlo, pero es seguro que nuestras almas ya lo están en ese bello sueño. Zarpemos hacia nuestros puertos de origen. Vayamos dejar volando las palomas con nuestro mensaje, que llegue a todos los corazones de la gente de nuestros dos pueblos, la gente que de verdad quiere la paz y la unión entre ellos. Seguro que somos más que aquellos que prefieren vernos separados y enfrentados.
- Esperanza, quedas en mi corazón prendida, y a partir de ahora lo que fue mi sueño, será nuestro sueño.
- Un abrazo, mi hermano navío, sé que un día surcarás todos los mares de nuestro planeta, y hasta es posible que yo pueda darte escolta en ellos.
- Larguemos amarras, y libres despleguemos nuestras velas que cojan el aíre del amor y la paz y que él gobierne nuestras naves, recoja nuestro mensaje y junto a las palomas lo haga llevar a todos los rincones del mundo y a los corazones de los hombres y mujeres de buena voluntad.
- Seguiremos viéndonos en nuestras singladuras, querido Razín.
-Seguro de ello, amada Esperanza.
Airam

jueves, 16 de mayo de 2013

Su violín sigue sonando y lo hará eternamente.


A la memoria de Jacques Stroumsa y a la de mi maestro,que igualmente fue violinista sefardi.
El destino quiso que el sefardí Jacques Stroumsa salvara la vida en Auschwitz gracias a que sabía tocar el violín, pues quienes ejecutaban diariamente a miles de personas le reclamaban música para poder seguir viviendo.
La victoria de su violín en el Holocausto y su orgulloso origen sefardí.
La España que en 1492 había expulsado a sus antepasados pero que nunca dejó de amar.
Con mucho dolor, como los amores más intensos.
Su fidelidad al ladino era algo más que una cuestión lingüística.
Era su propia identidad.
SU VIOLÍN SIGUE SONANDO Y LO HARÁ ENTERNAMENTE.
Hay un modo de vencer al nazismo y al horror que representó. Sobrevivir y contarlo. Ésa es la victoria que les quedó a unos pocos. Acaso soportar durante toda una vida la memoria y la condición de víctima, vencer a la tentación del suicidio o de la locura, a la ignominia de pertenecer a la misma especie que los asesinos estatales e idealistas que los excluyeron de ella. La palabra y la música.
El 8 de mayo de 1943, Jacques Stroumsa, nacido en enero de 1913, llegó, con su familia y otros 2.500 judíos procedentes de Salónica, a una estación terminal. Se les hizo bajar de los vagones mientras recibían órdenes en alemán. Las mujeres y los jóvenes fueron separados de los viejos. Jacques pensó que su mujer y sus padres irían en los camiones y él, como todos los jóvenes, a pie. Jamás los volvió a ver.
Gracias a la necesidad de violinistas para la banda musical de Auschwitz, Stroumsa vivió unos meses más; hasta que un día, el 20 de enero de 1945, las máquinas de la fábrica pararon. El campo iba a ser evacuado y los prisioneros que, como él, quedaban vivos y en condiciones de caminar emprendieron, hambrientos y débiles, la llamada "marcha de la muerte", a unos 20 grados bajo cero, durante cuatro días y cuatro noches. Tras la marcha fueron introducidos en un tren con destino a Mauthausen (Austria). Allí trabajó Stroumsa durante otros cuatro meses, hasta que las máquinas se volvieron a detener.Su siguiente destino fue un campo de prisioneros. El 8 de mayo de 1945 vio pasar unos tanques enormes. No sabía quiénes eran. Sólo se dio cuenta de que eran soldados americanos cuando vio la marca de los cigarrillos que llevaban, prosaico símbolo de la libertad.
Cuando llegó a Francia recibió, como todos los supervivientes, 1.000 francos, que guardó para comprar un violín. Entró en una tienda y probó un violín que no podía adquirir con el dinero que tenía. En la soledad de la tienda, tocó el concierto 80 en la mayor de Mozart. Dos años después, la vendedora se lo regaló.

En el año 1971 se estrenaba la película “El violinista sobre el tejado”, basada en la novela que el escritor ruso Sholom Aleijem escribió bajo el título  “Las hijas de Teyve”. El tema que interpreta el violinista en la película, se contempla como una metáfora de la vida inestable de las comunidades judías en la Rusia zarista.
Como decía Charles Darwin: “La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia”. Años después del estreno de aquella película, en noviembre del 2004, pero con los protagonistas cambiados, un joven violinista en este caso palestino, se veía obligado a interpretar una partitura con su violín, sin que aquellos que le habían obligado a hacerlo demostraran la más mínima sensibilidad ante las notas que salían de aquellas cuerdas acariciadas por el arco. No sabemos qué partitura interpretaría aquel joven, aunque por la imagen que se acompaña bien se podría titular la escena “el violinista bajo el tejado”.
 Checkpoint Beit Iba
Todo ocurrió cuando Wisan Tayam, estudiante del Conservatorio de Nablús, fue obligado por un oficial de las Fuerzas Israelíes de Defensa, en el Beit Iba Chekpoint,a abrir la caja de su violín, sacarlo y tocar durante largo rato. Los actores habían cambiado, pero la escena y la metáfora era prácticamente la misma. Hoy son los palestinos los que llevan una vida inestable y sometida al duro control de los que ocuparon sus tierras, y los israelíes han tomado el poder que en aquella otra época ostentaban los zares. Aquello ocurría en Rusia, hoy esto ocurre en Palestina. 
Como dijo Wisan: "Aunque tenga miedo de las represalias continuaré insistiendo en la verdad. Porque aquel acto me hizo sentir como se sintieron los músicos judíos a los que los soldados nazis obligaban a tocar para su deleite particular en los campos de exterminio".


martes, 14 de mayo de 2013

“La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu”



Cielo de Gaza, donde voletearon a través de mis pensamientos los más grandes intérpretes, compositores, y violinistas.
¿Cómo describir lo qué siento cuando sus partituras inundan mi alma?
Música, cuando escribo esta seis letras, recuerdo su origen en el término griego mousikē (el arte de las musas) que hace referencia a la educación del espíritu.
La música expresa lo que no se puede poner en palabras y no puede permanecer en silencio, por eso yo la utilizo para expresar mis sentimientos. No soy poeta para dejarlos escritos con la belleza de la poesía; tampoco soy pintora para poder expresarlos sobre un lienzo; pero pintora y poeta me siento cuando con sus partituras pinto y escribo en el cielo.
La música encuentra su camino en los lugares secretos del alma y es un don de Dios para el hombre, el único arte del cielo dado a la tierra, el único arte de la tierra que nos lleva al cielo. Es un lenguaje universal capaz de alcanzar la concordia y la paz entre todos los seres humanos.
“Si no fuera físico, probablemente sería músico. A menudo pienso en música. Vivo mis sueños en música. Veo mi vida en términos musicales. No  puedo decir si habría podido hacer alguna pieza creativa de importancia en la música, pero sí sé que lo que más alegría me da en la vida es mi violín”. (Albert Einstein)
Ya lo dijo Cervantes, el insigne escritor: “La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu”

                                                                           Maria Velasco

viernes, 10 de mayo de 2013

Andalucía, cuna de viejas culturas

Andalucía, cuna de viejas culturas, en ella se asentó una de las más antiguas conocidas, en las costas que baña el “mar en el medio de las tierras”, según su nombre en latín “Mar Medi Terraneum”, los tartessos. Todas dejaron su impronta en ella y también se beneficiaron con lo que en sus entrañas encerraba, y algunos de sus hijos contribuyeron a agrandar la historia de aquellos pueblos que sus pies la horadaron.
Cuna de guerreros, aventureros, escritores y poetas. En las aguas que bañan su litoral grandes gestas se vieron que cambiaron del mundo la historia.
La naturaleza es sabia y como tal la dotó de todo lo necesario para que por sí brillara y resplandeciera a lo largo de toda su historia, sus entrañas muchas riquezas atesoraban, sus tierras eran y son terreno abonado para que el trabajo y el sudor del hombre obtenga de ellas frutos de inconmensurable sabor y de sus viejos o nuevos olivos el “oleum” nos ofrece, lo que algunos han dado en llamar el “oro de Andalucía”. Pero el oro realmente se encuentra en el corazón de sus gentes. Hijos suyos han expresado con su música y su poesía la profundidad de sus sentimientos. Sentimientos lanzados al aire en las canciones de otros hijos suyos, unos afamados y conocidos, otros anónimos o desconocidos fuera de su propio ambiente, pero todos ellos expresaron y expresan claramente lo hondo de su pasión.
Sólo algunos hombres movidos por ocultos o personales intereses tratan de deformar el alma de esta tierra mía. Que Dios les perdone tamaña felonía.

Hay quienes se arrogan el derecho a una tierra que dicen suya cuando en realidad hasta el nombre que ellos le dieron deriva del que ya era conocida desde mucho tiempo antes de su llegada. Sus antiguos pobladores la llamaron “Vandalucía” o “Landahlauts” (lotes de tierra en alemán antiguo), términos que derivarían hacia la denominación árabe de al-Andalus.
Andalucía ya era cuna y foco de civilización cuando los musulmanes cruzaron el Estrecho y pusieron, por primera vez, sus pies en el continente europeo. Y, es cierto, dieron continuidad a la larga y fructífera historia de Andalucía. Pero de ninguna de las maneras fueron creadores de la historia de esta, mi tierra de nacimiento. Convirtieron a Córdoba en la primera ciudad del mundo occidental. Y años después fue Sevilla, mi amada Sevilla, la que se convirtió en el centro cultural de aquel vasto territorio bajo el reinado de Al-Mutamid, el rey poeta, y bajo el poder almohade en capital de sus dominios y la más esplendorosa de las ciudades.
1. Templo de Melkart (Hércules) en Santi Petri. 2. Vista general de la ciudad de Baelo Claudia
en Tarifa. 3. Baelo Claudia, plaza pública y foro. 4. Factoría de salazones
de Baelo Claudia
Y aunque hoy las tres ciudades más conocidas de aquella época de la invasión musulmana sean Sevilla, Córdoba y Granada, no podemos olvidar los territorios que hoy conforman Andalucía: Cádiz, la marinera, donde los tirios se asentaron tras la guerra de Troya, la Gádir fenicia donde establecieron sus factorías;
1. Petroglifos en Zalamea la Real. 2. Grabado de la ciudad de Huelva.
3. Puente romano sobre el río Tinto en Niebla. 4. Bomba hidraúlica romana.
Huelva, crisol en que se funden antiquísimas culturas y relacionada con Tartesios, a la que el poeta romano Avieno se refería como “isla entre dos mares”;
1. Dolmen de Menga, vista exterior. 2. Vista interior del dolmen.
3. Fachada del ninfeo romano en Antequera.
4. Teatro romano de Acinipio, Ronda. 5. Termas romanas, Málaga
Málaga, territorio del pueblo íbero de los bástulos y en la que los fenicios, atraídos por su puerto natural y la riqueza de sus entrañas, fundaron su Malaka, que los romanos convirtieron en Malaca;
1. Puente romano en Linares. 2. Mosaico romano. 3. Mosaico romano en Linares
4. Detalle central del mosaico de la casa de los amores en Linares
Jaén, que hunde sus raíces en la cultura argárica de la edad del bronce, regida por los oretanos y horadada por cartagineses, romanos y alanos, tierra de encrucijadas donde se desarrollaron batallas que cambiaron el curso de la historia;
1. Poblado de los Millares, reproducción. 2. Interpretación del poblado de
los Millares. 3. Puente romano en Alhama de Almería.
4. El Indalo y pinturas rupestres en la Cueva de los Letreros, Vélez Blanco
Almería, cuna de las dos grandes culturas de la edad de los metales en la península ibérica: la de Los Millares y la de El Argar, descubiertas por el arqueólogo belga Luis Siret y Cels quien dijo que Almería era “un museo a cielo abierto”, y territorio ocupado luego por fenicios, cartagineses, romanos y vándalos;
1. Entradas a las galerías de minas de oro. 2. As ibero acuñado en Ilíberis.
3. Reproducción de moneda de Recaredo. 4. Interior de una cabaña en el
yacimiento de Castellón Alto. 5. Mosaico de villa romana de Salar.
Granada, cuya historia no comienza en la época musulmana, sino muchos siglos antes con la cultura ibérica donde dos núcleos urbanos se disputan la primacía: Ilurco e Iliberri o Ilíberis (la Florentia romana). Más tarde serían los cartagineses los que lucharían por su dominio y por la explotación de la riqueza de su subsuelo en oro, y en época visigoda alcanzó esplendor;
1. Columnas del templo romano de Córdoba. 2. Reconstrucción del templo
romano de Córdoba, autor: García Bellido. 3. Puente romano de Córdoba,
imagen de 1862. Séneca y Lucano, nacidos en Córdoba
Córdoba, donde convivieron los iberos naturales de aquel poblado de la Colina de los Quemados con el ejército romano y que a partir del siglo II a.C., tras la fundación del pretor romano Claudio Marcelo comenzaría su desarrollo y embellecimiento para convertirse, más tarde en la capital de la Hispania Ulterior;
ITÁLICA. 1. Ciudad romana de Itálica en Santiponce, vista aérea.
2. Teatro romano. 3. Detalle de una calle de la ciudad. 4. Columnas romanas
5. Villa romana 6. Ara báquica 7. Mosaico del Planetario 8. Mosaico de Neptuno
9. Mosaico de los Pájaros. 10 Estatua de Diana Cazadora. 11. Busto de Adriano
1. Tesoro del Carambolo. 2. Bronce de Carriazo 3. Escultura "Amazona herida", Écija
4. Acueducto romano "Caños de Carmona" 5. Acueducto romano de Itálica.
6. Baños romanos de La Luisiana 7 Columnas romanas de la calle Mármoles.
8. Columnas romanas en la Alameda de Hércules. 9 Mosaico romano de Alcalá del Río
10. Mosaico romano de Écija
y Sevilla´, mi amada Sevilla, la tan deseada en todos los tiempos y por todas las civilizaciones, porque sus tierras las baña el Guadalquivir, como decía García Lorca: “Para los barcos de vela, Sevilla tiene un camino…” Camino que utilizaron los fenicios y al frente de ellos Merlkart, a quien los griegos llamaron Heracles y los romanos Hércules. Mucho habría que ahondar para llegar a sus orígenes sumergidos en más de tres mil años de historia, que, confundiéndola con la mitología, fueron los tartesos sus pobladores y en las entrañas de esta bendita tierra dejaron huellas de su cultura en el tesoro del Carambolo, y tras ellos llegaron turdetanos, iberos y cartagineses, mas fue Roma quien primero engrandeció aquella ciudad que los nativos llamaban Spal o Ispal, y bajo el mandato de Julio César se convirtió en Hispalis, mientras en sus cercanías se erigía Itálica de donde fueron originarios dos emperadores romanos: Trajano y Adriano. Como dicen los versos: “Hércules me edificó / Julio César me cercó / de muros y torres altas”. Nuevas invasiones llegaron a ella y al final los visigodos reinarían desde ella, periodo en que Sevilla destacó como centro cultural en torno a la figura de Isidoro de Sevilla.
1. Territorios visigodos en el año 711 2. Conquista musulmana de la península
ibérica entre el 711 y el 726 3. Coras del final del emirato de Córdoba
4. Reinos de taifa en el año 1080
A lo largo de los ocho siglos en que la dominación musulmana se asentó en la Hispania visigoda, propiciada por las luchas internas por el poder entre la cúpula visigoda, el poco control que ejercían sobre los pueblos del norte de la península (galaicos; astures, cántabros, vascones…) que no se sometían al poder de los reyes visigodos, y el descontento de los judíos reprimidos fuertemente que les llevó a colaborar con los musulmanes para liberarse del yugo visigodo. El hecho de que aquella conquista se produjera en poco tiempo y con la colaboración de algunos de quienes formaban parte del reino visigodo, no resta para que se pueda considerar una invasión del territorio peninsular, como lo demostrarían los hechos a lo largo de esos ocho siglos.

No están todos los que son pero sí son todos los que están.
1. Abu l-Hassan Ali ibn Nafi (Ziryab), músico (Irak, 789 – Córdoba, 857)
2. Abbas ibn Firnas, científico (Ronda, Málaga, 810 – Córdoba, 887)
3. Abd al Malik ibn Zuhr (Avenzoar), médico (Peñaflor, Sevilla, 1073 – Sevilla, 1161)
4. Nur al Din al-Bitruyi (Alpertagio), cosmólogo (¿?, 1185 – 1204)
5. Al-Kimani, matemático, filósofo y médico (Córdoba, 970 – Zaragoza, 1066)
6. Ibn al-Baytar, médico y botánico (Provincia de Málaga, 1190 o 1197 – Damasco, 1248)
7. Maslama al-Mayriti, astrónomo (Madrid, mediados s. X – Córdoba, 1008)
8. Muhammad ibn Abbad al-Mutamid, poeta y rey de la taifa de Sevilla (Sevilla, 1069 – Agmat, Marrakech, 1090)
9. Abu Abdullah al Bakri, geógrafo, botánico e historiador (Huelva, 1014 - ¿?, 1094)
10. Abu Ishaq Ibrahim ibn Yahya al-Nasqqash al-Zarqali (Azarquiel), astrónomo y geógrafo (Toledo, 1029 – Sevilla, 1087)
11. Muhammad ibn Rushd (Averroes), filósofo y médico (Córdoba, 1126 – Marrakech, 1198)
12. Moshé ben Maimón (Maimónides), médico y teólogo (Córdoba, 1138 – El Cairo, 1204)
13. Abu Muhammad Ali ibn Ahmad ibn Sa’id ibn Hazm, filósofo, teólogo y poeta (Córdoba, 994 – Montijar, Huelva, 1064)
14. Muhammada al-Idrisi, cartógrafo y geógrafo (Ceuta, 1100 - ¿?, 1165-1166)
15. Muhammad ibn Tufail al Qaisi al-Andalusi (Abentofail), médico, filósofo, matemático y poeta (Guadix, Purchena o Tíjola, 1105 o 1110 – Marrakech, 1185)
16. Ahmad ibn Abd Allah ibn Ahmad ibn Galib ibn Zaydun (Abenzaidún), poeta (Córdoba, 1003 – Sevilla, 1071) y Wallada bint al-Mustafki, poetisa (Córdoba, 994 – Córdoba, 1091)
17. Abu Bakr Muhammad ibn Ali ibn Arabi, filósofo, poeta y místico sufí (Murcia, 1165 – Damasco, 1240) 18. Salomón ibn Gabirol, filósofo y poeta (Málaga, 1021 – Valencia, 1058)
Si algo destacó durante aquella dominación fue la convivencia entre las tres grandes religiones del Mediterráneo: la cristiana, la judía y la musulmana, que se vio favorecida por la pujanza económica del territorio y fructificó en la aparición de una cultura con rasgos propios: la cultura andalusí. Una cultura que se enriqueció por las aportaciones de pensadores y hombres de ciencia de las tres religiones pues no solo los musulmanes fueron sus creadores. En aquel clima de tolerancia religiosa e intelectual la enseñanza, aunque reservada a una minoría privilegiada, sí estaba lo suficiente generalizada  para diferenciarse de lo que ocurría en el mundo cristiano. Fue el estudio de la antigüedad clásica, y fundamentalmente de la filosofía griega, lo que dio esplendor a la cultura andalusí y permitió el conocimiento de ella en los territorios cristianos. Averroes, cuya extensa obra abarca temas de historia, derecho, literatura, medicina, astronomía, matemáticas…, es en la filosofía donde se puede considerar el cenit. Basada en las enseñanzas de Aristóteles su obra filosófica es un compendio de juicios críticos y novedosos de la sociedad de su tiempo, es el único autor que habla de la condición de la mujer en el mundo islámico. Casi al mismo tiempo que Averroes había nacido, también en Córdoba, Maimónides, de origen judío, quien también destacó como jurista, médico y filósofo y defendió el pensamiento racionalista donde la razón humana está por encima de la revelación divina. Al igual que Averroes fue perseguido por la ortodoxia musulmana y, en su caso, además por la judía. La ciencia no estaba separa de la filosofía en la cultura andalusí, en donde predominaron las disciplinas prácticas como la agricultura, la navegación, la arquitectura, la física, la astronomía… La medicina andalusí gozó de gran prestigio y, fundamentalmente, estuvo ejercida por mozárabes y judíos que llegaron a crear auténticas dinastías de médicos. La prosa y la poesía fueron dos disciplinas altamente valoradas por los andalusíes, amantes de la belleza, la estética y la naturaleza. La música nunca fue un género bien considerado por el mundo musulmán; no obstante, en al-Andalus proliferaron grandes músicos. La rigidez de las autoridades religiosas de al-Andalus significaría para muchos de aquellos pensadores y sabios la persecución y la quema de sus libros. Como ocurriría posteriormente. La cultura siempre ha sido menospreciada por el poder reinante en cada momento y en cada lugar.
La batalla de las Navas
Nunca deberían olvidar este brillo y esplendor de aquella cultura quienes, si perdieron lo que hoy consideran suyo, fue precisamente por las luchas intestinas por el poder y los enfrentamientos por motivos de interpretación de la doctrina islámica que entre ellos mismos mantuvieron y que los debilitaron hasta el extremo de tener que abandonar lo que tanto embellecieron y amaron.
Fue Abd al-Rahman I, aquel descendiente de los omeyas de Damasco, quien constituyó el emirato independiente de Córdoba, tras ser perseguido por sus enemigos, los abasidas. Aunque la realidad es que una buena parte de aquel ejército invasor no era árabe sino bereber. 
Fue con Abd al-Rahman III cuando dió comienzo la etapa del califato, la de mayor importancia de la España musulmana. Es a partir del siglo XI cuando, tras otras invasiones de pueblos árabes procedentes del norte de África, aquel califato se divide en numerosos reinos independientes, conocidos como taifas, de deslumbrante cultura pero muy debilitados por las propias luchas entre ellos, traiciones y otras muchas cuestiones que hicieron posible el avance de las huestes castellanas.
GRANADA
1. Vista general. 2. Patio de los Arrayanes 3. Patio de los Leones
4. Detalle de la sala de los Abencerrajes 5. Sala de los Reye
 6. Detalle de la sala de las Dos Hermanas 7. Baños reales
8. Cuarto dorado 9. Detalles de decoración.
CÓRDOBA
1. Medina Azahara, exterior edificio basilical
2. Medina Azahara, puerta de la casa del primer ministro Ya'Far
3. Medina Azahara, salón 4. Córdoba, murallas
5. Puerta de Sevilla, estatua de Ibn Hazm 6. Murallas y estatua de Averroes
7. Exterior de la mezquita 8. Mihrab de la mezquita 9. Interior de la Mezquita
SEVILLA
1. Puerta del Perdón, catedral de Sevilla, desde el exterior. 2. Puerta del Perdón desde
el Patio de los Naranjos 3. Detalle de la puerta de madera de cedro forrada
con chapas de bronce, y aldabón 4. Detalle de la yesería de los arcos
del interior de la puerta del Perdón 5. Baños árabes 6. Patio del Yeso,
Reales Alcázares 7. Muralla y Torre Blanca 8. Muralla de la Macarena
9. Torre de la Plata 10 Torre del Oro 11. La Giralda
El legado de aquella cultura pervive hoy en día en la lengua –un castellano cuyo léxico debe mucho a aportaciones árabes-, en numerosas actividades económicas tradicionales, en la música y, sobre todo, en el patrimonio artístico: monumentos internacionalmente conocidos como la Mezquita y el Palacio de Medina Azahara en Córdoba; la Alhambra de Granada; la Giralda y la Torre del Oro en Sevilla; y muchos otros extendidos a lo largo de la geografía de las tierras donde ellos sembraron aquella cultura, además de un impresionante conjunto de murallas, alcazabas y atalayas defensivas. Durante el periodo de dominación musulmana no es solo la cultura islámica la que influye sobre los cristianos y judíos, sino que la cultura de los pobladores de aquel territorio conquistado influye también en ella. El islam asimilaba los conocimientos y el arte de los pueblos vencidos y ello queda reflejado en la arquitectura de la cultura andalusí que contiene elementos de la arquitectura romana y visigoda, el ejemplo más claro de ello lo encontramos en la Mezquita de Córdoba, construida sobre la antigua iglesia visigoda de San Vicente, en la que se reutilizaron muchos elementos romanos y visigodos, y en su arquitectura se encuentran soluciones ya existentes en la península, como los contrafuertes exteriores, la alternancia de piedra y ladrillo, la superposición de arcos utilizada por los romanos para la construcción de los acueductos, y el arco de herradura que tiene su precedente en la tradición hispanorromana-visigótica.
Aquellos que hoy reclaman como suyo lo que tuvieron que abandonar por sus propios errores, deberían admirar la obra que sus antepasados dejaron en esta tierra y soñar con sus insignes personajes andalusíes, pues eso es lo que eran: cristianos, judíos y musulmanes, o si lo prefieren: mozárabes, muladíes, judíos e islamistas. Quienes por encima del poder instituido, sin tener en cuenta creencias religiosas o pertenencia a etnias o pueblos diferentes, hicieron de la cultura andalusí faro y guía de las demás del mundo conocido en aquellos momentos. Tal vez así aprendieran a no volver a caer en los mismos errores en otros lugares y territorios por los mismos o parecidos motivos.
Una vez más se demuestra que la falta de cultura, el dominio de las creencias religiosas por encima de la razón del ser humano y las ansias de poder deforman por completo la realidad histórica de los hechos. Y es la cultura y el conocimiento lo que está siendo necesario reivindicar, pues solo a través del mismo el ser humano puede ser libre para luchar frente a situaciones de injusticia.