jueves, 8 de septiembre de 2016


   La imagen refleja la esperanza de que el árbol centenario sirva para mejorar este mundo
Vivimos en una sociedad deshumanizada.En la que vemos nuestros intereses antes que el bien común.Donde el amor queda oculto por otros sentimientos materiales, y las personas hemos perdido nuestra propia conciencia de seres humanos.Deseamos el mal ajeno,sobre todo en los que poseen más que nosotros, y tratamos de impedir que los que tienen menos lleguen a ser como nosotros.Nos asombramos ante el modo de vida en otros lugares,y desdeñamos la belleza de lo que nos rodea. Clamamos ante guerras ajenas,pero dejamos libre nuestro odio sobre los que están cercanos a nosotros.No queremos fronteras,pero desdeñamos a los que vienen de fuera porque los consideramos distintos.Vemos la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el nuestro propio.Por eso criticamos a los demás y nos exaltamos ante sus repoches.
Deseamos tener todo, pero sin esfuerzo ninguno para conseguirlo.
Clamamos justicia cuando nos consideramos víctimas,y cuando nosotros abusamos,justificamos nuestras acciones.Tratamos de imponer nuestra manera de pensar en todos los órdenes de la vida (política, religión...) y no escuchamos las razones de los demás.
Nos complace que nos amen, pero somos incapaces de corresponder a quien lo hace, ni de tender la mano a quienes nos necesitan, por muy cerca que estén de nosotros.
Cambiemos esta filosofía de vida.En nuestras manos está, empezando por nosotros mismos.
La deshumanización sólo nos lleva a la autodestrucción como seres vivos. 
                                                         Maria Velasco


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