viernes, 25 de julio de 2014



Mis post reflejan lo que para mí está sucediendo en Gaza, por eso no estoy de acuerdo con muchas de las cosas que se vienen publicando, como, por ejemplo, comparar esos hechos con el Holocausto sufrido por los judíos y otras personas que no eran judios. O simplificar estos enfrentamientos a un simple "derecho a defenderse" por parte de unos y otros, en referencia a los líderes de Gaza e Israel, mientras que los que están muriendo, en su mayoría, son niños, mujeres y ancianos. La realidad de lo que Israel está haciendo en Gaza, es simplemente UNA MASACRE que nada tiene que ver con aquellos métodos utilizados por el Tercer Reich. Es una GUERRA abierta en contra de un pueblo por una tierra que quieren controlar.
Tal vez nos repitamos demasiado al decir que Gaza siempre ha sido un lugar muy codiciado a lo largo de su historia, pero es una realidad que está ahí y que nadie puede negar. En la antigüedad fue deseada por su lugar estratégico entre África y Eurasia, el último o primer lugar, dependiendo de la dirección, que las caravanas comerciales tenían para abastecerse de agua y provisiones. Eso hizo de ella un importante centro comercial y el primer puerto de salida hacia occidente de la mercancía que llegaba a través de la ruta del incienso, que posteriormente fue utilizada para el comercio de las especias y de la seda.
Cuando en el siglo XIX se produce la expansión de las ideas imperialistas, que se conoce como “Reparto de África” entre las potencias europeas, Gaza se convirtió en un lugar prominente para la defensa o ataque de la más importante vía marítima entre el este y el oeste, el Canal de Suez. Motivo suficiente para que Gaza se viera involucrada en la Primera Guerra Mundial al estar bajo dominio del imperio turco-otomano, coligado con la Triple Alianza y enfrentado a las fuerzas de la Triple Entente. 
 Imagen del HMS Dreadnought en 1906. Los buques de guerra de esta clase fueron los primeros que se adaptaron para el consumo de combustible derivado del petróleo. El Almirante John Fisher (en la imagen) era por aquel entonces el Comandante de la Flota Mediterránea, por su influencia se consiguió adoptar esos buques de guerra  y más tarde posibilitó el cambio del carbón a hidrocarburos por la armada británica.
Es a finales del siglo XIX cuando la utilización del petróleo, hasta ese momento poco empleado como fuente de energía para motores, se hace fundamental, sobre todo por la utilización en los buques de la Royal Navy (la Marina Real Británica) que transformaron sus motores que consumían carbón por otros que utilizaban combustible derivado del petróleo. La nación más poderosa del mundo, el Reino Unido de Gran Bretaña, con la armada más poderosa hasta bien entrado el siglo XX, tenía en aquella época mucho carbón pero carecía de petróleo.
 Ilustración sobre el reparto del Oriente Medio según los acuerdos Sykes-Picot, a consecuencia de la Rebelión Árabe.
El final de la Primera Guerra Mundial trajo consigo el reparto de todos los territorios que habían pertenecido a las potencias de la Triple Alianza, según el “Tratado de Versalles”, y el “acuerdo secreto previo” que habían realizado Inglaterra y Francia para el reparto de los territorios de Oriente Medio. Mientras que Francia se aseguraba el suministro del petróleo en Siria, Inglaterra lo hacía, a través de los mandatos de Mesopotamia y Palestina, con el de Oriente Medio.
Una serie de acontecimientos marcarían de nuevo la historia de Gaza. La revuelta árabe entre 1936 y 1939; la Segunda Guerra Mundial; el final del Mandado Británico; la declaración del Estado de Israel y la gran inmigración de judíos, trajeron consigo un gran desplazamiento de refugiados palestinos hacia Gaza, que vio como su población aumentaba de menos de 300.000 habitantes a más de 1.200.000, siendo así una de las zonas con mayor densidad de población de todo el planeta, superando con mucho las 4.000 personas por kilómetro cuadrado.
A partir de aquellos momentos los hechos, por todos bien conocidos, se sucedieron rápidamente. En un periodo de tiempo corto, en comparación con los años de historia de esta tierra, terminaron convirtiéndola en una franja de 385 kilómetros cuadrados, con 11 kilómetros de frontera con Egipto, 51 kilómetros con Israel, mientras que 40 kilómetros de sus costas son bañadas por las aguas del Mediterráneo.
Imágenes de explotaciones agrícolas en Gush Katif antes de la retirada de los judíos en 2005
Tras la ocupación de Israel en 1967 a raíz de la Guerra de los Seis Días, los asentamientos judíos en ella hicieron reverdecer su tierra. Grandes extensiones fueron cultivadas y casi 30.000 de sus residentes árabes trabajaban en ellas. Hasta que en 2005 el plan de retirada (Plan de Desconexión), adoptado unilateralmente por Israel, eliminó los 21 asentamientos israelíes civiles de la Franja de Gaza.
Paso fronterizo de Karem Shalom a través del que Israel controla toda la mercancía que entra en Gaza
Gaza quedaba bajo la administración de la Autoridad Nacional Palestina, aunque sus fronteras (excepto Rafah con Egipto), sus relaciones con los mercados internacionales, así como sus espacios aéreos y marítimo, y el suministro de combustible, agua y hasta los alimentos y bienes de consumo son controlados por Israel, al carecer Gaza de la infraestructura y recursos propios para su desarrollo y subsistencia. Convirtiendo de hecho esta situación en un bloqueo controlado.
 Representación gráfica de las distintas prospecciones marítimas
A finales de la década de los 90 del siglo pasado, a 30 kilómetros de la costa y a unos 600 metros de profundidad, en aguas territoriales palestinas, se descubre un importante yacimiento de gas natural. Es el conocido como Gaza Marine 1 y 2, con una reserva estimada de más de un billón de metros cúbicos que alcanzaría un valor en el mercado de unos 4.000 millones de dólares (según estimaciones de British Group).
 Imagen de una plataforma marítima de extracción de gas
En 1999 la ANP concedió, por 25 años, los derechos de explotación y prospección de gas y petróleo a British Gas Group (BG Group) y a su socio Consolidated Constructors International Company (CCC), reservándose para el Fondo de Inversión de la ANP el 10% de los resultados de la explotación. El acuerdo incluye la explotación de los campos y la construcción de un gaseoducto (Middle East Economic Digest, 5 enero 2001). 
Imagen de una plataforma de extracción de Israel
De forma inmediata Israel bloqueó la posibilidad de la explotación de dichos yacimientos, alegando que no correspondía a la soberanía palestina los campos marítimos de gas. Por cierto adyacentes a unos que ellos vienen explotando sin problemas algunos. Muchos intentos han sido realizados por BG Group para poder desbloquear la falta de explotación de estos yacimientos, pero todos ellos han fracasado. El discurso de Israel, a raíz del ascenso al poder de Hamas en Gaza, ha cambiado. Ahora ya no es la soberanía o no sobre los pozos, en este caso su oposición es en base a que el dinero que pudiera aportar esos yacimientos a la ANP pueda servir para financiar las actividades terroristas de Hamas. Innumerables referencias hay en las hemerotecas que fundamentan estas palabras.
Imágenes de Moshe Ya’akov, quien en una ocasión se negó a darle la mano, y Tony Blair.
Ni la intervención del ex primer ministro británico, Tony Blair, representante del “cuarteto para el Medio Oriente” (EEUU, Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas) que presentó un plan en el que se priva a la ANP de las tres cuartas partes de los futuros ingresos del gas, dinero que sería administrado por Washington y Londres para el desarrollo de Palestina, pudo conseguir su aceptación por parte de Israel. Moshe Ya’akov, el actual ministro de defensa de Israel, en 2007 manifestaba:
“El gas no podrá extraerse sin una operación militar que ponga fin al control de Hamas en Gaza”
Composición con imágenes de operaciones militares israelíes sobre Gaza
A partir de aquel momento, Gaza ha venido siendo sometida, regularmente, a diversas acciones de castigo por Israel, comenzando por la operación “Plomo fundido” en 2008, todas ellas fundamentadas en “la legítima defensa” ante los lanzamientos de cohetes por Hamas. Con el mismo resultado siempre, un reguero de sangre y destrucción en Gaza. A finales de 2012, tras el comienzo del proceso de paz iniciado por la ANP, con la oposición de Hamas, con Israel, Palestina es admitida como “Estado observador no miembro” en la ONU, lo que debería fortalecer la posición de Palestina en las negociaciones. Pero Israel sigue manteniendo el bloqueo a la explotación de los yacimientos de gas.
 Vladimir Putin y Mahmud Abbas
 en la visita de este a Rusia en enero 2014
A principios del presente año, 2014, tras una reunión del presidente palestino, Mahmud Abbas, con el presidente ruso, Vladimir Putin, se contempla la posibilidad de que sea la compañía rusa Gazprom quien se haga cargo de la explotación de esos yacimientos de gas en Gaza, así como la de un yacimiento de petróleo en los alrededores de la ciudad de Ramallah, entre otros acuerdos que pueden significar el despegue de Gaza y Cisjordania en su economía que les lleve a consolidar un estado independiente. Algo que sorprendió a Israel y a Estados Unidos, quien hasta entonces había monopolizado las conversaciones de paz. 
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, habla ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York (EE. UU.), cuando Palestina fue reconocida como Estado, aunque Israel y EEUU no aceptaron aquella resolución.
Ismail Haniyeh (izquierda) y Mahmud Abbas, en una reunión mantenida en 2011
Cuando a principios de junio, Al-Fatah y Hamas firman un acuerdo para acabar con la ruptura existente entre ambos y la formación de un gobierno palestino de unidad nacional, que posibilitaría una mayor fortaleza en las conversaciones para acabar con el bloqueo al que está siendo sometida Gaza y Cisjordania, Israel responde de inmediato con la ruptura de las negociaciones manifestando que no puede negociar con un grupo, Hamas, considerado terrorista a todos los efectos, cuando anteriormente decía de dudar de la efectividad del posible acuerdo, porque nunca sería aceptado por dicho grupo político de Hamas. Aunque detrás de esas manifestaciones siempre surge la duda de cuál es la realidad de sus intenciones. No podemos olvidar que el fin del bloqueo de Israel sobre Gaza puede significar un duro golpe para la economía de Israel, pues todos los productos que entran en Gaza y Cisjordania lo hacen bajo su supervisión y sólo son autorizados aquellos que ellos consideran que pueden hacerlo, la mayoría de ellos procedentes de la propia producción israelí o bien comercializados por empresas radicadas en su territorio. Ni tampoco podemos dejar de contemplar la posibilidad de llevar a feliz término los acuerdos de colaboración adoptados con Rusia para la explotación de los yacimientos de gas y petróleo.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Manhud Abbas, habla ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York (EE. UU.), cuando Palestina fue reconocida como Estado, aunque Israel y EEUU no aceptaron aquella resolución.
Dejamos para los analistas políticos y económicos la posibilidad real o no de llevar a cabo estos acuerdos, por las restricciones impuestas por el derecho internacional al no ser Palestina un estado independiente y de pleno derecho. Tampoco ese derecho internacional es respetado por Israel, quien viene incumpliendo, sistemáticamente, todas las resoluciones que han sido adoptadas en su contra. Lo mismo que las consecuencias políticas y económicas que podrían significar la presencia de Rusia en éste área de grandes reservas de petróleo y gas. Lo que sí está a la vista de todos es la reacción de Estados Unidos y la Unión Europea, ambos inmersos en un conflicto de relaciones con Rusia por la situación estratégica de otra zona, Ucrania, también relacionada con los recursos naturales no renovables como es el caso del petróleo y el gas.
 Israel destruye la única central electrica de Gaza
La operación «Margen protector» contra la franja de Gaza, deja evidencias suficientes para creer que forma parte de una estrategia de Israel para garantizarse sus propias fuentes de energía y hacerse con las explotaciones de Palestina y otras zonas de la cuenca del Levante mediterráneo. Ya lo hizo en Siria con la ocupación de los altos del Golan. Y también encaja en los planes estratégicos de EEUU que, a pesar de algunas divergencias, con su apoyo a Israel trata de evitar que Rusia vuelva a tener influencia real en toda la región. 
Mientras, la mayoría de países árabes productores de petróleo, han adoptado una posición de tímidas protestas frente a la invasión de Gaza. Para entender esta postura es suficiente conocer la evolución de los precios del crudo cada vez que se ha originado un conflicto en la zona, los mismos siempre han tendido al alza, lo que significa mayores ganancias para ellos. De ahí que algunos de ellos, como Qatar, adopten una postura de “ayuda” a los intereses de Hamas, pero nunca una restricción de sus exportaciones de petróleo que sí podrían significar una medida de presión ante la comunidad internacional. De Arabia Saudí simplemente dejar señalado que fueron sus intereses particulares los que impidieron la formación de una gran nación árabe en 1917.
Al impedir que los palestinos accedan a la riqueza que encierra su subsuelo, representada por el gas y el petróleo, Israel busca conseguir dos objetivos: por un lado, beneficiarse de esas reservas ya localizadas y otras posibles por descubrir a través de la explotación de esa futura gran riqueza. Por otro lado, mantener a Gaza y Cisjordania totalmente dependientes de Israel para abastecer todas sus necesidades, tanto las energéticas como las de consumo, frenando así las posibilidades de un estado palestino independiente.
 Moshe Feiglin
¿No serán estos unos de los motivos reales, entre otros, para la invasión y destrucción de Gaza? No podemos pasar por alto las manifestaciones de Moshe Feiglin, vicepresidente del parlamento israelí, quien en su página de los medios de internet, publicó un artículo bajo el título “Mi enfoque para una solución de Gaza”, en el que viene a proponer una limpieza étnica de la misma para después repoblarla con judíos. “Esto también servirá para suavizar la crisis de la vivienda en Israel”, son sus propias palabras.

Tampoco podemos olvidar, como no pueden hacerlo aquellos pobladores de Gaza de antes de la llegada de los refugiados del 48, que se dedicaban al cultivo de la tierra y otras profesiones artesanales que mantenían viva la economía de la zona, los sentimientos expresados por los colonos judíos cuando se vieron obligados a abandonar los asentamientos en ella. “Volveremos, la fertilidad de esta tierra nos llevará a ello”, en referencia al potencial de la tierra de Gaza para la agricultura, aunque hoy, en su mayor parte, abandonada y desolada.

Entendemos que el lanzamiento de cohetes desde Gaza, así como la existencia de túneles para eludir la frontera y penetrar en Israel, son sólo pantallas que ocultan otra realidad totalmente distinta. Los medios técnicos y de control que hoy posee uno de los ejércitos mejor dotados de todo el planeta, si contara con la profesionalidad suficiente de sus miembros y el deseo real de acabar con esa lacra impuesta por Hamas y las milicias radicadas en Gaza, podrían haberlo realizado sin necesidad de causar la muerte de tantos niños y personas inocentes. Sin necesidad de asolar, como lo están haciendo, en todo el territorio de Gaza.
Sólo un convencimiento, adquirido a través de la historia de Gaza, mantiene nuestra esperanza. Gaza es INDESTRUCTIBLE. Lo ha demostrado a lo largo de toda su Historia. Muchas veces ocupada, pero jamás destruida por completo. Y a pesar de los sionistas y de todos los "intereses" ajenos y propios que inciden ahora mismo sobre ella, tampoco lo han de lograr en esta ocasión. GAZA RESPLANDECERÁ DE NUEVO........


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