martes, 16 de marzo de 2021

Félix Rodríguez de la Fuente filósofo, pensador, y sobre todo Humanista
La cultura tecnológica está obligando al hombre a vivir en cárceles confortables, en inmensos laberintos sin horizontes, hechos de cemento, hierro y cristal.
La nuestra es la cultura de las cosas, de lo perecedero; del tener en el presente todo lo que haga falta, sin pensar lo que ello puede suponer para algo que hemos olvidado:
                  La tierra, la madre naturaleza
La aventura de la vida, este proceso biológico en el que todos estamos sumidos y en el que quizás, distraídos por procesos de la sociedad de consumo en la que vivimos, por secuencias delirantes de nuestra política, no concedemos mucha importancia. Pero tiene toda la importancia, puesto que, si somos seres vivos, para nosotros, lo más importante debería ser la encrucijada de la vida.
El hombre es un poema tejido con la niebla del amanecer, con el color de las flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo o el rugido del león.
El hombre se acabará cuando se acabe el equilibrio vital del planeta que lo soporta.
El hombre debe amar y respetar la Tierra, como ama y respeta a su propia madre.
Todos debemos ir engrosando ese pequeño ejército, ¡qué el día de mañana se considerará un ejército heroico! Mucho más que los que lucharon con las armas en la mano:
El ejército de los que un buen día dijo que había que hacer algo para proteger a una madre que no se queja, que nos ha dado todo lo que tenemos, ya la que estamos matando!.
Estoy profundamente convencido de que si las nuevas generaciones no afrontan los ingentes problemas de conservación del medio ambiente con una nueva, pujante y apasionada filosofía, nuestro mundo seguirá su irremediable carrera de degradación y de agonía.
Solo el amor a la naturaleza, la pasión por la vida y la certeza de que formamos parte de una comunidad total que va desde la más pequeña bacteria hasta el hombre nos darán fuerza para defender el único hogar que tenemos, un pequeño planeta perdido en una galaxia remota al que hemos dado en llamar Tierra. (Félix Rodríguez de la Fuente).
Toda belleza soñada, todo tesoro anhelado y armonía viviente... no se encuentra en ningún paraíso ficticio o religioso... ESTÁ AQUÍ, siendo depredado y destruido por el ser humano...
La forma en la que el ser humano interactúa con animales, el modo en el que elimina hectáreas de bosques y expande sus ciudades sobre la naturaleza contribuye a que todos estos mecanismos se alteren, provocando que los virus y bacterias que permanezcan ocultos puedan saltar al ser ser humano Llevamos décadas irrumpiendo en los ecosistemas, alterando hábitats y poniendo especies salvajes cerca de nosotros. Esto no ha hecho más que incrementar los riesgos de que haya
zoonosis.
       https://www.qore.com/noticias/42407/Que-pasa-cuando-no-levantas-la-popo-de-tu-perro

Los avances tecnológicos nos hacen ser testigos de los horrores de la guerra, pero poco nos hemos esforzado para encontrar los medios para evitarla. Una consecuencia especialmente importante de los conflictos armados que es ignorada con facilidad, su impacto en el medio ambiente y la amenaza que suponen para nuestra supervivencia:
La destrucción física y evolución de hábitats por el uso de armas.
La contaminacion toxica por danos deliberados propios de las batallas.
La contaminación radiológica, química o biológica por bombardeos por mar, tierra y aire y uso de armas de destrucción masiva.
La destrucción física de fauna y hábitats debido al aumento de presión humana, causada por los movimientos masivos de personas que huyen de la guerra y la vez contaminadas por el uso indiscriminado sobre la población misma de agentes bacteriológicos.
No hay nada mejor que un recorrido por nuestra historia pasada y presente para entender los estragos que provocan las guerras en los seres vivos e incluso en la especie humana, e incluso en los ecosistemas de cualquier región.
"Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla", frase que fue extraída del pensamiento de Cicerón. 
El conocimiento de que somos seres humanos se pierde en la política, en las guerras, y en esos que se hacen cómplices de estos gobiernos patógenos, malas hierbas, que los apoyan, votan, vitorean, y aplauden.¿Hacia dónde nos lleva la ambición desmedida de quienes únicamente defienden sus propios intereses?
Renunciando a nuestra libertad no solo nos convertimos en lo que ellos quieren, sino que a la vez nos transformamos en enemigos unos de otros, en post de una engañosa comodidad olvidamos al que nada tiene, desdeñamos su situación, o, cuando menos, miramos hacia otro lado, cerramos nuestros oídos para no oír sus gritos, tapamos nuestra nariz para no percibir el nauseabundo olor de la miseria, y callamos nuestra voz para no gritar contra la injusticia.
“En este mundo todo se compra con dinero; y lo que no se puede comprar con dinero… se compra con más dinero. “El dios dinero” crea sociedades inhumanas e injustas.
La corrupción es la peor plaga social, es un atentado a la democracia, por corruptos voraces, y despiadados gobernantes, adoradores del dios dinero que favorecen las guerras, y abre la puerta a otros terribles males, como la droga, la prostitución, la trata de personas, la esclavitud, el comercio de órganos, el tráfico de armas. Recordando las advertencias de Jesús contra los falsos profetas, son como encantadores de serpientes, se aprovechan de las emociones humanas, para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren, mediante la ilusión del dinero, el placer fácil o la vida completamente virtual.El dios del dinero, el dios del consumo, el dios de los ídolos, el dios del placer, el dios del éxito, nuestro yo erigido en dios.
Por culpa de la mala conducta de muchos, la tierra está envenenada por los desechos; los mares, también contaminados, tienen que recubrir por desgracia los restos de tantos náufragos de las migraciones forzadas; los cielos se ven surcados por máquinas que hacen llover instrumentos de muerte.El actual sistema económico nos está llevando una tragedia. Vivimos las consecuencias de una decisión mundial, de un sistema económico que idolatra a un dios llamado dinero.
Arremetió contra el sistema económico mundial diciendo que éste ya no puede basarse en un "dios llamado dinero".
Asimismo, animó a los desempleados a luchar por el trabajo y "defender su dignidad”. Donde no hay trabajo no hay dignidad! Y esta tragedia es la consecuencia de un sistema que idolatra a un dios llamado dinero.La globalización ha traído consigo una cultura en la que los más débiles de la sociedad son quienes más sufren: los marginados, los colectivos en riesgo de exclusión, los jóvenes,y los ancianos, quienes, en su opinión, "están siendo víctimas de una eutanasia encubierta", condenados al abandono por ser considerados "improductivos".
Para defender la cultura económica, se ha instalado una cultura de usar y tirar. Tenemos que decir 'no' a esta cultura de usar y tirar. Lo que queremos es un sistema justo que ayude a todos ", manifestó. El individualismo y el egoísmo característicos del liberalismo impiden la felicidad plena porque no tienen en cuenta a los demás. Animó a todos los presentes, como las empresas, corporaciones, medios de comunicación, instituciones religiosas y de beneficencia,a los gobiernos de todas las naciones, incluyendo al Vaticano, a no concentrarse solo en el beneficio propio, sino también en una labor de solidaridad para favorecer el bien común de todos los seres vivos de este planeta.No podemos permanecer indiferentes ante estos dramas y todos, en la medida de nuestras posibilidades, debemos comprometernos y colaborar por el bienestar de todos. (Papa Francisco).
Pandemia para enriquecimientos de unos pocos, y muertes y empobrecimientos para otros
Los virus y las formas de vida microbianas han estado presentes desde el origen de la Tierra y en la historia humana ha habido muchas pandemias, que han sido ocasionadas por microorganismos que crecen indiscriminadamente por las actividades erróneas del ser humano. Desde entonces, la humanidad se ha enfrentado a lo largo de su historia a virus y bacterias que la han diezmado y han puesto en jaque su supervivencia.
En cierto modo, la pandemia es un espejo que devuelve el reflejo destructivo de la actividad humana. Ahora, la luz que anuncia el final del túnel parece tan cercana como una vacuna pero la pregunta, tras esta pesadilla es si la nueva normalidad traerá una vacuna para los ecosistemas.La crisis económica mundial causada por la pandemia también podría desencadenar nuevas amenazas a la seguridad, incluso la guerra.
Cada día más, cada momento, cada período de nuestra existencia en el mundo, nos acercamos irremediablemente a un agujero negro que ensombrecerá la existencia de los seres humanos en la Tierra y del resto de los seres vivos. Vemos ya síntomas alarmantes y preocupantes de una realidad que se quiere ocultar ante los ojos de una sociedad que camina sin rumbo.
Mires donde mires y vayas donde vayas, la deshumanización de los humanos tapa nuestra visión de la realidad. Nos engullen en adornos consumistas y drogan nuestros deseos para obtener cosas y perder nuestro tiempo en entretenimientos que manipulan en la inconsciencia de nuestras mentes.Cuán cierto es que la ignorancia, el desconocimiento, y la falta de cultura hace fácilmente manipulable al ser humano.
                  Estamos infectados por el virus de la inconsciencia y la pasividad.
El sujeto humano es el origen de las pandemias; por donde pasamos, arrasamos.
https://www.catalunyapress.es/texto-diario/mostrar/1885639/humanidad-entre-guerras-pandemias
Hemos progresado tanto para comunicarnos, pero también para destruirnos. Existe tanta fragilidad, tanta amenaza latente, tantos violentos, que la autodestrucción siempre está a flor de boca. Así como el mundo, se une para combatir esos diminutos virus que tanto dolor e impacto producen, también la humanidad no solo debe prepararse para estas luchas ,sino para seguir desplazando la avaricia del poder, de los que sacrifican pueblos por sus beneficios, por los que llevan a naciones a las guerras.
Creo que la vida en la Tierra está ante un riesgo cada vez mayor de ser destruido, como una guerra nuclear repentina, un virus creado genéticamente accidental o voluntariamente, u otros peligros que destruyen a la raza humana. Esteban Hacking.